02/07/2015
Nuestro segundo día de estar en la megaciudad de Hong Kong fuimos hasta el mirador conocido como The Peak o el pico. El primer día no subimos hasta aquí arriba porque estábamos destrozaos con el viaje de casi veinte horas desde Madrid pero lo deberíamos haber hecho. Subir a este conocido mirador te da una perspectiva única de la urbe y te sitúa en la ciudad desde el primer minuto pudiendo diferenciar entre la isla de Hong Kong, la zona continental de Kowloon, los nuevos territorios y si el día es claro y no está nublado se puede ver hasta la ciudad de Macao.
Pero vayamos por partes. El mirador de Victoria´s Peak se encuentra en la montaña más alta de la isla de Hong Kong. No es que sea una montaña enorme ya que solo tiene 552 metros de altura pero os aseguramos que las vistan merecen la pena.
Podéis subir de muchas formas en microbús, en coche o andando (cosa que no recomiendo si no sois deportistas de élite). Nosotros os recomendamos el funicular conocido como The peak tram. La experiencia y las vistas son inolvidables. Este funicular funciona desde 1888 y su función al principio era subir a los ricos y poderosos que vivían en esta zona ya que el lujo es lo habitual en esta zona de la ciudad. Las mansiones y los coches que vimos eran espectaculares. La zona era para la élite que huía del calor de la parte de abajo y la altura les proporcionaba un caché especial frente al resto.
Subir en el funicular es toda una experiencia. Nada más empieza a subir os quedaréis literalmente pegados al banco donde estáis sentados, ya que tiene una inclinación tan grande que parece que en cuanto llegue a la parte de arriba os va a dejar caer a gran velocidad. La sensación es una mezcla de la lanzadera del parque de atracciones y de entusiasmo al faltarnos ojos para mirar por todos los lados. RECOMENDACIÓN: las mejores vistas las tendréis si os colocáis a mano derecha del funicular, corred para pillar asiento merece la pena. La subida dura varios minutos por lo que os dará tiempo a hacer fotos y contemplar los edificios y las vistas perfectamente. Deleitaros con las vistas y no os agobiéis en hacer fotos, haréis miles cuando subáis arriba.
Una vez que el tranvía nos deja en la parte de arriba, entramos en uno de los lugares que más le gustan a los chinos: un centro comercial. Hay de todo aquí: desde restaurantes de comida rápida, tratamientos con cremas de todos los olores, tiendas de recuerdos para los turistas más despistados… pero el que más fue una franquicia que no sabíamos que existía Bubba Gump sí, sí… era el emporio que montó Forrest Gump a base de pescar gambas y demás productos marinos. El sitio era muy curioso una parte de restaurante y otra de merchandising de la película, bueno más que de la película de todo lo que tiene que ver con la empresa marinera. Tenemos que reconocer que picamos y nos compramos varias cosillas.
Una vez que subimos hasta la parte más alta del centro comercial llegamos al mirador. A este lugar tendréis la opción de entrar si compráis la entrada junto al billete del tranvía. Tenéis que subir, ya que las vistas desde allí son alucinantes. Las vistas son tan espectaculares que os hartaréis de hacer fotos desde todas las perspectivas.
Os recomendamos subir cuando el día sea despejado ya que si no las vistas no merecen la pena. Otra cosa que tenéis que hacer es subir dos veces a este mirador una de día y otra de noche. O al atardecer directamente. Parecen diferentes ciudades y cada una tiene algo especial que no os podéis perder.
El mirador cuesta en torno a 40 HKD y los niños de 3 a 11 unos y mayores de 65 son 20 HKD. Dentro del precio de la entrada os incluye audioguía. El tranvía de ida para un adulto es de 28 HKD y de ida y vuelta 40HKD. Los horarios son bastante amplios ya que van desde la ocho de la mañana hasta las doce de la noche.
Nosotros subimos en el funicular (es toda una experiencia) pero bajamos andando por una sinuosa carretera que hace que olvides que estás en una ciudad llena de cristal, aluminio y hormigón y te transporta a una montaña casi virgen y frondosa. Os lo recomendamos ya que hay poca gente, el paseo es muy agradable y tendréis otro punto de vista de esta ciudad. Al acabar la carretera llegamos a las escaleras mecánicas más largas del mundo y allí nos perdimos por sus callejuelas llenas de restaurantes y mercadillos. Pero eso os lo contaremos en otro post.
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