Ocean Park, divertirse en un parque de atracciones en Hong Kong

02/11/2015

Una buena forma de conocer a la gente, que vive en un lugar en concreto, es saber cómo se divierte o pasan su tiempo libre. Nosotros esta afirmación la intentamos llevar a la práctica siempre que podemos, y cuando vamos a destinos lejanos, más aún. Cuando estuvimos en Hong Kong, fuimos a uno de los lugares más visitados por los chinos: El Ocean Park, un singular parque de atracciones situado en la isla de Hong Kong.

En Hong Kong, hay un parque Disneyland pero no está tan concurrido ni alcanza la fama del “Ocean Park”. Disney no ha calado tan profundamente en la cultura asiática y sigue reinando más en su reino occidental.

Para ver y disfrutar el “Ocean park” hay que madrugar, ya que el parque es enorme y hay que estar a primera hora en sus puertas. El parque está en el sur de la isla de Hong Kong por lo que deberemos trasladarnos allí en autobús o en coche. Nosotros fuimos en autobús que es una forma muy cómoda y rápida de llegar y lo pillamos nada más bajar del “Star ferry”  que nos trajo desde el Hong Kong continental (Kowloon). El autobús es el 629 que lo podréis coger en la estación Central como nosotros o sino en la siguiente parada que es Admiralty. No dejéis lejos la cámara de fotos ya que el trayecto tiene unas vistas increíbles de esta ciudad.

En menos de veinte minutos habréis pasado de la megalópolis de la ciudad a este simpático parque de atracciones.

Después de esperar un poco en la entrada, donde hacen controles rutinarios de los bolsos y mochilas, ya estábamos dentro. No os preocupéis por llevar comida y bebida, está totalmente permitido lo que será bueno si lo planificáis y así ahorrareis unos eurillos. El parque es gigante por lo que os recomendamos estudiaros bien el plano.

En un primer momento no entendíamos cómo era este parque. Los que habíamos visto anteriormente eran muy diferentes. Este es una mezcla entre un parque de atracciones y un zoo, todo junto y revuelto. Para que os hagáis una idea, una de las mejores montañas rusas que nos hemos montado estaba pegado a una nave dedicada al mundo polar donde disfrutamos de pingüinos morsas y lobos de mar. Curioso todo muy curioso.

 

El parque está “dividido” físicamente en dos por una gigantesca montaña. Nosotros primero fuimos hasta la parte de arriba de la montaña y acabamos la visita abajo ya que la zona de arriba cierra antes.

Existen dos formas de subir y bajar a esta parte del parque en lo alto de la montaña. La primera es teleférico y la segunda es gracias a una especie de submarino que sube por el interior de la ladera de la montaña. No tenemos ninguna duda, y probamos los dos medios, siempre tenéis que utilizar el teleférico, por muchas colas que haya, ya que es simplemente alucinante las vistas que se tienen.

Pensábamos que el recorrido en teleférico sería corto y que las vistas serían normalitas pero fue todo lo contrario. El recorrido dura entorno a unos 15 minutos y las vistas son impresionantes. Creemos que solo por montarse en este teleférico merece la pena venir a este parque. Tendréis a vuestros pies, y nunca mejor dicho, los mares de China.

Advertencia: quien tenga vértigo ni se le ocurra montarse en el teleférico lo pasará mal si no cierra los ojos ante estas alucinantes vistas de los mares asiáticos.

Hay que reconocer que las montañas rusas del parque están bastante bien, aunque no tienen nada que envidiar a las de Port aventura o las del Parque de atracciones de Madrid. Eso sí, mientras nos sube la adrenalina dando giros en los looping o bajando a gran velocidad las vistas son simplemente espectaculares.

Como todo buen parque que se precie, se encuentra dividido en diferentes sectores, zona polar, zona acuática etc, etc. Consultar bien el mapa y elegir bien para priorizar las atracciones y los espectáculos. 

Uno de los espectáculos que más nos gustó fue el de las focas marinas fue muy entretenido y divertido.

Las focas las vimos en superficie y después por debajo en una gran piscina transparente. Lo que tenemos dudas es saber si nos gustaron más las focas o la cara de los niños cuando las veían y se emocionaban.

Otro de los espectáculos que hizo que nos quedáramos pegados a nuestros asientos fue el show de los delfines. ¡Qué listos son los jodíos!

Desde una inmensa atracción, que nos sube a lo más alto de la montaña, teníamos estas vistas de las atracciones y de los sitios donde tenían a los animales marinos. 

Las instalaciones, al estar en lo alto de una montaña, hay decenas de desniveles que lo solventan con divertidas y coloridas escaleras mecánicas.

Pero sin duda alguna la atracción más visitada e imprescindible es la de los pandas gigantes. Todo un símbolo cultural en China que llega casi a convertirse en adoración.

Armaros de paciencia, porque tener una buena foto de uno de los pandas que tienen en esas grandes instalaciones es bastante difícil, ya que los osos panda no son modelos de alta costura y no se prestan así como así a hacerse fotos. 

Os aseguramos que este panda se tiró 40 minutos en esta postura, nos fuimos y volvimos pasadas unas horas y el osito seguía igual de cómodo y relajado.

Este animal no lo conocíamos: es un oso panda rojo. La verdad es que no se parece en nada a los pandas más conocidos pero por lo menos se movía un poco más que los gigantescos pandas de toda la vida.

No os penséis que hay muchos osos panda. Nosotros solo vimos tres: uno que estaba oculto, el que dormía continuamente y otro que no paraba de comer.

Repartidos por todo el parque podréis ver diferentes esculturas de animalitos donde podréis fotografiaros. Cuando reviséis las fotos en vuestras casas os echareis unas buenas risas.

Por todo Ocean park encontraréis tiendas donde podréis cualquier tipo de souvenir de vuestro animal preferido. Nosotros arrasamos en una tienda en concreto, ¿adivináis cuál? 

El parque está dividido en muchas zonas, una de ellas está dedicada a los más pequeños de la casa. Es una zona muy divertida y las atracciones están ideadas para sus pequeñas alturas.

Todo el parque está pensado al detalle. Toda la decoración y el atrezo nos lleva a un mundo de magia y de colorido. Lo tienen tan bien cuidado que hasta la jardinería está pensada para realzar la diversión de este parque. 

Y como todo buen parque que se precie, siempre cierran sus puertas con un broche de oro. En el Ocean Park lo que hacen es un juego de luces, agua y música en sus grandes piscinas centrales, todo un derroche de luz y de color. 

¿Has estado en el Ocean Park? ¿Te gustan los parques de atracciones? ¿Cuál nos recomiendas? Deja tu comentario indicándonoslo.

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