08/02/2015
Hace unas semanas quisimos realizar una escapada y ya que teníamos poco tiempo elegimos ir al país vecino a conocer más de este cercano amigo.
Conocíamos muchos lugares de Portugal, como la decadente Lisboa, la vinícola Oporto o las playas del Algarve. Nos faltaba una zona menos conocida pero muy interesante por su carácter medieval: el Alentejo.
Nos decidimos ir a su capital Évora y disfrutar de un fin de semana en una pequeña ciudad abarcable en pocos días y descansar paseando por sus calles.
Hicimos varias noches en Évora. Queríamos, como casi todo el mundo, algo bonito, bueno y barato y lo encontramos en el Hotel Moov de Évora.
El edificio por fuera es todo de color blanco sin ningún tipo de pretensión y con unas líneas puras que aún estando dentro del casco histórico de la ciudad mantiene la esencia de lo que le rodea mimetizándose con los demás edificios. Junto a la Iglesia de las Mercedes, es un hotel que parece que lleva enclavado allí toda la vida.
Las instalaciones eran modernas con una simplicidad que nos cautivó desde el primer momento. Todo el hotel está dedicado a los caballos y hay un montón de fotografías por todo el recinto.
Aunque tenga 80 habitaciones en más de 3100 metros cuadrados, es un hotel tranquilo y nada bullicioso. Dormimos a pierna suelta en su cómoda y acogedora cama. Era de las típicas camas que te absorben y no dejan que salgas. Tenemos que reconocer que nos costó salir de ella, se estaba tan a gusto dentro de sus sabanas. La habitación no era muy grande pero no necesitábamos más. Tenía un tamaño óptimo para lo que queríamos.
Lo que más nos gustó de la habitación fue su ducha. Una ducha inmensa de cristal en la cual disfrutamos de una cálida ducha después de haber paseado durante horas por esta coqueta ciudad. Os aseguramos que de todas las duchas y bañeras que hemos estado en los diferentes hoteles, este de Évora se encuentra en los puestos más altos.
Nosotros fuimos desde Madrid a Évora en coche. El propio hotel tiene un parking muy económico donde dejamos que nuestro coche descansara todo el fin de semana.
Nosotros conocíamos el Hotel Moov de Oporto y al gustarnos tanto, decidimos sin dudarlo, elegir esta cadena en nuestra visita a la zona del Alentejo.
Al igual que el de Oporto el hotel estaba muy limpio, renovado hacia muy poco, todo muy nuevo, a un precio muy ajustado y encima muy cerca de todos los puntos turísticos más importantes de la villa. A muy poca distancia subiendo la misma calle del hotel llegamos a la plaza del Giraldo que es el centro neurálgico de la ciudad. Este hotel está en pleno centro histórico clasificado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Al ver el precio del hotel y ver lo que nos costaba con desayuno incluido elegimos esta opción. El desayuno no fue nada fuera de lo normal, pero la calidad de sus productos estaba muy por encima de la media de este tipo de establecimientos. Somos muy golosos y encima bastante comilones, para que negarlo, y nos pusimos hasta arriba con su bollería (los dulces portugueses merecen un post aparte). No os olvidéis de probar unos pastelitos muy parecidos a los pastelitos de Belém que hacen en Lisboa: simplemente deliciosos.
