Entrevista Viajera a Viajes y Fotografía

18/10/2015

Y tras unas semanas de parón, en cuanto a entrevistas se refiere uno, volvemos a la carga. Hoy os acercamos a un blogger muy viajero "de altos vuelos" que no duda en perderse por cualquier rincón del mundo y acercarnos, a través de su cámara, a ellos. Os hablo de Antonio Quinzán, autor del blog "Viajes y Fotografía" que hoy está con nosotros y nos ha contado muy buenas anécdotas viajeras

¿Quién está detrás de este blog?

Detrás del blog está sólo una persona que es la que viaja, escribe, redacta, edita, fotografía y se pelea con los servidores, las redes sociales, los pluggins, las plantillas, las actualizaciones y el Wordpress. Me llamo Antonio Quinzán y he dedicado mi vida a viajar, a fotografiar lo que veo y en los últimos años también a contar mis experiencias viajeras en mi blog.

¿Cómo empieza tu pasión viajera?

Ya desde pequeño con mi familia hacía frecuentes viajes al norte de Portugal (cosas de vivir en Galicia). Cuando tenía 12 años nos trasladamos a vivir a Sevilla y de esos años recuerdo los viajes a Ceuta, a Huelva y sobre todo a Cádiz. Pero el viaje que tiene la culpa de mi adicción viajera fue el que hice a París con 17 años, ciudad a la que curiosamente he vuelto muchas veces y en la que se puede decir que he vivido por temporadas. A partir de ahí ya fue un no parar recorriendo España, Estados Unidos y parte del continente europeo.

¿Ha habido algún país que te haya dado problemas a la hora de viajar? ¿Qué te sucedió?

Sí, Israel. Decidí hacer un viaje de varias semanas por la región para intentar conocer la realidad de esta zona convulsa del mundo. Y me encontré con que Israel resultó un país fascinante cultural e históricamente hablando. Además tuve la suerte de pasar unos días en casa de unos amigos israelíes que me mostraron cómo se vivía el día a día. Sin embargo el conflicto árabe-israelí convirtió este viaje en un periplo en el que la realidad superó cualquier ficción. El odio larvado entre comunidades, el radicalismo religioso, el miedo al otro y la violencia en forma de bombas (vivido en directo), persecuciones, cacheos, controles de seguridad, muros y exclusión fueron casi una constante. Además de bombas acabé expulsado de los Altos del Golán por el ejército israelí, me robaron en el coche que había alquilado en el barrio árabe de Jerusalén, luego los judíos ultraortodoxos me expulsaron entre insultos y pedradas del barrio de Mea Shearim… Y eso por no hablar de los insufribles controles en las fronteras entre los territorios ocupados, Jordania e Israel o el interrogatorio de varias horas en el aeropuerto Ben Gurion (Tel Aviv) donde casi fui secuestrado por la policía. Sin duda Israel es un país fascinante en el que ningún viajero tendrá problemas si se dedica a mirar hacia otro lado cuando se topa con la dura realidad. Yo quise ir un poco más allá y lo que vi no me gustó nada.

¿Cuál es la anécdota viajera que nos contarías?

Anécdotas… podría empezar con el primer atentado a las Torres Gemelas en la mañana del 26 de febrero de 1993 que viví en directo. La tarde anterior había estado tomando unas fotos desde el mirador Top of the World de la Torre Sur. Esa noche perdí los carretes de fotos mientras estaba de fiesta por los garitos del Village y decidí regresar a la mañana siguiente para encontrarme con las barreras policiales, las sirenas y el humo que cubría las calles cercanas. Se hablaba de un incendio y nadie pensó en un atentado hasta más tarde. Otras anécdotas curiosas fueron encontrarme al Presidente iraní Rafasanyani con todo su equipo de seguridad al abrirse el ascensor que estaba esperando en el hotel Meliá de Caracas. Ser atacado por un par de elefantes muy cabreados en Pilanesberg, un parque sudafricano, y escapar por los pelos. Pasar una noche matando cientos de cucarachas que invadieron de noche la habitación de un ryokan muy cutre donde pasaba la noche en Hiroshima. Pasar una noche rodeado de osos negros mientras acampaba en el parque de Yosemite (USA) sintiendo como sus barrigas hundían la tienda a medida que avanzaban mientras olisqueaban todo a su paso. Nadar rodeado de tiburones en Ilha Grande en Brasil y sin darme cuenta hasta que vi a unos niños corriendo por la playa señalándome y gritando ¡¡tubarão, tubarão…!!. El inolvidable viaje en un chicken bus destartalado y sin frenos entre Chiapas y Guatemala en el que acabamos atropellando una vaca y saliéndonos de la carretera. Perder la llave de la moto de agua con la que recorría parte de desembocadura del río de La Plata en Uruguay y ser rescatado por un velero mar adentro. Estar buceando en Bahía Cochinos, Cuba, y que el guía acabara perdido y totalmente desorientado. El regreso a tierra con el resto del grupo nos llevó varias horas de caminata entre rocas de coral y un camino lleno de miles de cangrejos en migración con todo el equipo a cuestas bajo el sol tropical. Hay más anécdotas, claro, pero creo que llega con estas.

En tu caso, un viajero en solitario, ¿crees que es una ventaja o hay veces que necesitas compartir con alguien en el momento?

He viajado con amigos, con familiares y en grupo y es cierto que como mejor me encuentro viajando es en solitario. Soy inagotable cuando me pongo en marcha, no renuncio a visitar nada, puedo pasar varios días durmiendo un par de horas. Si no tengo tiempo para comer, no como y no me importa, y así un largo etc. Para la mayoría de personas que conozco viajar así es insoportable y lo comprendo, así que viajar en solitario me evita muchos problemas a mí y a los que me rodean. Viajar solo además contribuye a comunicarse mucho más con la gente local, ayuda a conocerse a uno mismo y a saber cuáles son nuestros límites, a pensar y reflexionar. Viajar solo hace que pierdas muchos miedos y a comprender que tu mejor amigo y enemigo eres tú mismo. Que los límites los ponemos nosotros. Evidentemente me gustaría compartir determinados lugares y momentos especiales con alguien al lado, pero viajar libremente sin dar explicaciones a nadie me sigue compensando. Además viajando en solitario conoces a un montón de gente y si quieres compañía sólo es necesario comenzar una conversación.

Cuéntanos un día con tu cámara.

Las cámaras no tienen una vida fácil conmigo. Tienen que soportar todo tipo de climas, cambios de temperatura, humedad, golpes, frío, calor, lluvia, nieve, arena, salitre… Además de eso les aprieto todos los botones, les aplico todas las combinaciones posibles de modos, de velocidad y obturador, les fuerzo el ISO y el buffer de memoria, les pulso el botón del disparador sin piedad y para colmo no las limpio con toda la frecuencia que debería. Siempre van conmigo en una mochila cualquiera para no llamar la atención sufriendo golpes y traqueteos y sólo son felices cuando las cuelgo del cuello y las dejo respirar en libertad. Esas sufridas cámaras son las que me permiten captar mi visión del mundo y me da lo mismo su marca mientras aguanten el trote. Muchas de ellas han muerto por el camino, otras han sufrido heridas de gravedad, pero a casi todas las recuerdo con cariño y agradecimiento por estar siempre a mi lado.

Transmitir a través de la escritura o de la fotografía. ¿Qué prefieres?

Comencé escribiendo y seguiré escribiendo acerca de mis viajes. Pero en los últimos años la fotografía se ha ido imponiendo al texto con voluntad y fuerza imparables. Ha sido un proceso gradual que intento conjugar con naturalidad y actualmente pienso que en el blog son complemento una de la otra. Disfruto con las dos mientras me permitan comunicar las experiencias y lo que veo en mis viajes. Evidentemente una buena fotografía es capaz de despertar inmediatamente las ganas de ir a un lugar, pero la lectura también aunque de forma más gradual. En un mundo como el nuestro acogotado por las prisas es inevitable que la imagen gane terreno al texto. Por desgracia muy poca gente se dedica a leer.

¿Qué país quieres visitar pero aún no has podido?

Tengo una agenda con una interminable lista de destinos soñados. Pero sobre todo quiero regresar a Asia desde hace tiempo, un continente que me encantó hace años y al que aspiro a volver para ver cómo han cambiado las cosas desde entonces. Birmania, Laos, Camboya, Indonesia, Bhutan… El día que empiece va a ser difícil parar.

¿Qué le recomendarías a los nuevos blogueros que están surgiendo?

Qué tener un blog de viajes y mantenerlo es muy ingrato, esclavo y exigente. Pero decirles también que si sólo escriben cuando les apetece hacerlo y de lo que les apetece, es muy gratificante. Qué no esperen nada y si lo hacen, que sean pacientes y que no se rindan nunca. Que si aspiran a poder vivir de su blog que sepan que tienen el 95% de posibilidades de no poder hacerlo con dignidad. Que sean los primeros en valorar su esfuerzo y su trabajo, que no se vendan por unas migajas, que sean honestos, que cuiden el estilo, la ortografía y las imágenes. Pero lo más importante de todo es que sean ellos mismos.

 

Y hasta aquí una nueva entrevista. Agracer a Antonio su disposicíón para estar en este rincón de la web. Y si quieres hacer algún comentario, solo tienes que escribirlo abajo.

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