Berlín: la ciudad con dos caras
21/04/2015
La capital de Alemania y la más poblada de todas sus ciudades es Berlín con casi 3,5 millones de habitantes. Nuestra opinión es que es una de las ciudades más inquietantes y sorpresivas de todas las que hemos visitado en nuestros viajes alrededor del mundo. Os aseguramos que es un lugar que no deja indiferente a nadie, no tiene el encanto de ciudades señoriales como París o Roma pero sus contrastes son tan tremendos, debido en gran medida a su convulso pasado, que hacen que esta ciudad que sea única y misteriosa.
Que los barrios sean diferentes uno de otros y que puedan ser casi pequeñas ciudades dentro de una gran urbe hacen de esta su seña de identidad de Berlín. Esto es debido a que en la segunda guerra mundial fue una ciudad azotada por los bombardeos. Se destrozó el 80% de la ciudad y su reconstrucción a día de hoy no ha concluido. Otra de las cosas que aumentó las desigualdades fue la creación de un muro al finalizar esta guerra que dividió la ciudad en dos, sus barrios y sus familias. Esta construcción creó tremendas diferencias entre el este y el oeste siendo hoy en día muy patentes aunque el muro se derribara en el año 1989. Este es el origen de uno de los mayores encantos de la ciudad la mezcla entre lo más moderno y vanguardista con lo más antiguo y decadente.
Nosotros elegimos vivir como los propios berlineses en un piso en la zona este de la ciudad. Si queréis buscar apartamentos en Berlín en Only-apartments hay muchas opciones. Para nosotros fue una elección perfecta y volvimos encantados de la experiencia.
El apartamento estaba decorado de una forma minimalista muy al estilo alemán. La cocina era de tipo americano y nos vino estupendamente para desayunar y cenar, ya que comer lo hacíamos por cualquier lugar de la ciudad. Un baño con un tamaño adecuado para que las duchas de por la mañana y la noche fueran todo un placer.
Uno de los puntos más importantes cuando seleccionamos un apartamento es poder descansar a gusto como si fuera nuestra propia casa, así fue y en esta cama tan cómoda dormimos estupendamente. Tan bien dormíamos que muchos de los días cuando sonaba el despertador, lo hubiéramos apagado y hubiéramos disfrutado de Berlín debajo de las sabanas…
El apartamento estaba situado muy cerca de uno de los barrios más interesantes de Berlín, ya que en él disfrutamos del Urban Spree, donde estuvimos varios días de fiesta, y del East Side Gallery que es el mejor lugar para poder ver los restos que quedan del muro de la vergüenza que existía en Berlín.
El barrio donde teníamos el piso, era una gozada de lugar, estaba lleno de pubs, bares y restaurantes de todas las etnias pakistanís, chinos, japoneses, turcos, griegos… Para gustos los colores, aunque para gustarnos lo que más nos gustó fueron sus precios muy baratos y ajustados siendo todos ellos muy económicos. Una ciudad como Berlín pensábamos que iba a tener un coste de vida desorbitado o parecido a cualquier ciudad centroeuropea y para nada es así. Madrid y Barcelona son ciudades mucho más caras y con una gran diferencia. Comer fuera, cenar fuera o irse de copas o cervezas es una de las cosas que tenéis que hacer obligatoriamente en esta ciudad ya que la calidad es excepcional y los precios son muy moderados.
Una de las cosas que más nos sorprendió es que la gente por las calles, por el metro o sentados en cualquier lugar iban con sus cervezas en la mano como algo de lo más natural del mundo. Hablando con varios alemanes, que conocimos en la cola para entrar en el museo de Pérgamo, nos dijeron que era algo muy típico en Berlín y en casi toda Alemania. Nos extrañó bastante ya que nosotros también tenemos nuestra cultura y tradiciones y no vamos por la calle amorrados a una bota de vino ni a una litrona de cerveza. Pero claro, los alemanes se comportan en todo momento y no van cantando por las calles Asturias patria querida, cosa que en España sería de lo más habitual si nos dejaran ir con la botella de vino de la Rioja por la calle.
Berlín es inmenso, por lo que debéis utilizar el transporte público sí o sí. La mejor manera de moveros por la ciudad es el metro, ya que los taxis son algo caros y los autobuses no son, ni por asomo, tan rápidos ni tienen una periodicidad tan fluida. Muy cerca del apartamento que alquilamos se encontraba la estación de metro de Ostkreuz. Fue todo un lujo ya que fue una forma sencilla, cómoda y muy económica de ir y volver del aeropuerto.
Gracias a la fantástica conexión que teníamos desde el apartamento a la estación de metro más cercana, los sitios tan imprescindibles como la puerta de Brandemburgo o el parlamento alemán estaban a menos de 30 minutos.
Esperamos volver pronto, ya que es una de las ciudades que sí merecen una segunda visita.
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