Mercado de San Miguel: lugar de encuentro

13.12.2013 06:15

 

Perderse por el centro de Madrid nadie duda que es todo un placer, pero acabar la jornada turística tomándose unos vinos y unos buenos pinchos es la guinda del pastel. Uno de los mejores lugares para disfrutar de un buen refrigerio es el flamante Mercado de San Miguel.

 

 

El Mercado de San Miguel se encuentra en la misma Plaza de San Miguel a muy poca distancia de la madrileña Plaza Mayor y para llegar a él lo mejor es el transporte público mas concretamente el metro con parada en la estación de Sol.

 

El Mercado de San Miguel se llama así porque antiguamente en ese mismo lugar estaba la Iglesia de San Miguel que José Bonaparte mandó derruir y así abrir una plaza en todo el centro de Madrid.

 

La estructura del edificio es de hierro y su diseño está inspirado en los mercados que existían en Europa, mas concretamente en los mercados de las Halles de París. Es el único Mercado que queda en Madrid de estas características ya que todos los demás fueron derruidos.

 

 

Hace pocos años se procedió a una limpieza de cara total del Mercado para asemejarlo al de “La Boquería” de Barcelona, siempre teniendo muy presente la calidad de todos los productos que allí se venden. Es un buen lugar para hacer la compra (los precios no son económicos la verdad) de productos gourmet, tomarse unos vinos o disfrutar de diversos actos culturales que se celebran en sus instalaciones.

 

Gracias a la renovación que se llevó a cabo uno de los elementos más singulares es la luz natural que entra por todas sus paredes gracias al sistema de acristalamiento realizado. Han reconvertido un mercado tradicional en un lugar moderno y cosmopolita, y gracias a su indudable éxito de público otro Mercado como el de San Antón (en pleno barrio de Chueca) ha seguido su ejemplo.

 

El ambiente que se respira es plenamente turístico, aunque muchos trabajadores de los alrededores y los propios madrileños han tomado la costumbre de tomar el aperitivo o un buen vino después de trabajar. El ambiente es inmejorable ya que hay gente de todos los países junto a los madrileños “de toda la vida”.

 

No os perdáis las ostras o los exquisitos quesos ya que tienen una gran variedad. Si sois más de carnes también podéis disfrutar de suculentos chuletones o de una buena charcutería.

 

 

by Alfonso M.

 

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