La Tamborrada: El día grande de Donosti

Nuestro primer contacto con la ciudad de Donosti no pudo ser mejor, llegamos el día 19 enero por la mañana, paseamos por la playa de la Concha, todo un placer para la vista y por la playa de la Zurriola, donde se encuentra el imponente palacio de congresos conocido como el Kursaal. Este original edificio es una obra de innovación y modernismo dentro de un marco tan clásico como es Donosti. Después de recorrer sus playas más famosas, nos perdimos por sus calles más céntricas del casco viejo.

Como habíamos pasado toda la mañana pateando la ciudad, nos deleitamos con unos txakolis (bebida típica vasca que sabe a una mezcla de champagne y sidra) y unos buenísimos pintxos en la parte vieja de la ciudad. Os recomendamos el bar Ganbara, donde las tartaletas son impresionantes y el bar Zeruko, un bar donde los pintxos son exquisitos y te da pena solo comerlos por su gran elaboración y presentación.

Por la tarde ya empezamos a notar que la ciudad estaba intranquila y revolucionada. Nos encontrábamos en vísperas de su fiesta más importante del año: el día de San Sebastián. Por sus calles ya se veía a gente vestida de cocineros con sus tambores o sus barriles y a otros vestidos impecablemente de militares.

Como nosotros somos buenos viajeros, siempre tenemos en cuenta la frase de “donde fueras haz lo que vieras” y claro, nos queríamos integrar y vivir la fiesta como lo hacen los propios donostiarras. Gracias a unos amigos que conocíamos en Donosti, nos invitaron a celebrar en su propia sociedad gastronómica llamada “Ardatza”, el día grande de la ciudad.

Ardatza es una sociedad que creó en 1929 Pascual Marín, un tudelano que vino a vivir a San Sebastián y se quedó enamorado de la ciudad y de sus costumbres. Esta sociedad la organizó como si fuera un Ayuntamiento, y se gobernaría como si fuera un pueblo, de forma que el presidente es llamado Alcalde, con sus tenientes alcalde, que son los responsables de cada comisión, y los concejales que serían el resto de la junta directiva.

¿Qué es una sociedad vasca? Las sociedades vascas serían como una especie de peñas. En un primer momento se solicita ingresar en unas de las miles de sociedades que existen, si se es admitido, uno ya es socio de esta sociedad. Los socios pagan una cuota anual que les da derecho a un local con cocina. Pueden ir la sociedad tantas veces como quieran, simplemente tienen que reservar las mesas que necesitan y llevar la comida que van a comer. En todas las sociedades vascas tienen una cocina donde cada socio se cocina su propia comida. En un primer momento las sociedades gastronómicas vascas eran únicamente de hombres, pero con el paso del tiempo se han ido modernizando y aceptan también a mujeres en sus locales, aunque hay algunas que siguen siendo exclusivas para hombres. Nunca habíamos estado en una sociedad y realmente nos encantó el ambiente que se vive en ella.

Quedamos con la cuadrilla (es la forma como se conoce por aquí al grupo de amigos) en la sociedad gastronómica de Ardatza en la Calle Fermín Calbetón 50 a media tarde para ir preparando todo. Ellos habían comprado comida para los doce que éramos, nos enseñaron el local y nos pusimos manos a la obra para cocinar. Nos explicaron que al ser vísperas del día grande de Donosti, el menú que habían comprado era excepcional con productos como marisco, chuletones y un postre buenísimo que hizo uno de la propia cuadrilla. La cena fue todo un lujo, al terminar nos preparamos unos copazos mientras ensayaban con sus tambores y sus barriles. Entre risas y con la barriga llena, uno de la cuadrilla hizo las cuentas y pagamos a “escote”. Todo muy barato en un ambiente de fiesta y camaradería.

Como queríamos vivir la fiesta de primera mano nos dirigimos a la plaza de la Constitución donde a las 00:00 se realiza la izada de la bandera, con lo que se da comienzo a la celebración del día de San Sebastián, 20 de enero. La plaza estaba hasta arriba de gente y desde el balcón se izó la bandera. La sociedad Gaztelubide, como representante de las demás tamborradas, tocó la Marcha de San Sebastian, compuesta por Sarriegui, todo un himno de la ciudad que hace que se te pongan los pelos de punta solo con escucharla. Así se da el pistoletazo de salida a la fiesta más importante de la ciudad y en la que todos los donostiarras se echan literalmente a las calles. Una vez han tocado la marcha de San Sebastián continúan con temas como la Diana, Retreta, Iriyarena… Para nosotros era la primera vez que las escuchábamos, pero a lo largo de todo el día 20 acabamos por aprendérnoslas de todas las veces que las tocaban.

Durante el día 20 de enero, el día grande de San Sebastián, más de 125 tamborradas recorren toda la ciudad sumando todas ellas casi 15.000 personas; todo un record para una ciudad que no supera las 200.000 personas. Las tamborradas se dividen en dos grupos por un lado están los tamborreros que tocan el tambor y van vestidos con uniformes de la época napoleónica y otros van de cocineros y aguadoras que tocan unos barriles. Nosotros nos quedamos con los cocineros y las aguadoras, que se lo pasan el triple de mejor, ya que no tienen que ir preocupados por su vestimenta y disfrutan al cien por cien de toda la fiesta.

Todas las tamborradas recorren la ciudad sin descanso durante las veinticuatro horas del día 20. Nosotros quisimos recorrer la ciudad de la mano de la Sociedad de Ardatza, donde comenzaron a desfilar a las 11:00 en punto hasta las 15:00 que terminaron en la misma sociedad. Nos diluvió, hizo un viento increíble e incluso nos granizó, pero aún así nos lo pasamos genial, porque como decían los de allí: ¡GORA DONOSTI!

Nos recomendaron que no nos perdiéramos la tamborrada infantil que se iniciaba en el ayuntamiento de la capital y allí nos fuimos. Fue todo un espectáculo ver a los niños vestidos de cocineros, cantineras, uniformados napoleónicos y gastadores. Recorrimos la ciudad con su alegría y sus pegadizas marchas que a esas horas no parábamos de tararear.

Después de ver el desfile de la tamborrada infantil nos invitaron a comer en Ardatza, una comida que hacían todos los socios que habían salido en la tamborrada. Tras unos cuantos pacharanes, volvimos a tirarnos a las calles y deleitarnos con todas las tamborradas que nos íbamos cruzando, por el barrio de lo viejo, por el centro, por Amara, por la Concha… hasta que dieron las doce de la noche y volvimos a la Plaza de la Constitución donde se realiza la arriada de la bandera, mientras vuelve a sonar la Marcha de San Sebastián, esta vez por la Unión Artesana (la sociedad más antigua de la ciudad)

Con la bajada de la bandera de la ciudad se pone fin a esta fiesta tan importante en España y tan querida por todos los donostiarras. Esperamos volver el año que viene ya que pensamos que es de las mejores fiestas en las que hemos estado nunca.