El Rincón de Dany: Zakopane, el Benidorm de invierno en Polonia
A 108 kilómetros al sur de Cracovia y a 5 euros el trayecto en bus, merece la pena visitar, eso sí con unos zapatitos cómodos este centro de esquí que se convierte en el punto de encuentro de miles y miles y miles de polacos de todas las partes del país. Incluso hay un tren que atraviesa Polonia entera desde Gdansk (justo al norte, en el Báltico) hasta Zakopane. En temporada hasta es difícil encontrar sitio en el pasillo.
Y es que Zakopane (o saco de panes, como lo llamaba mi hermana intentando pronunciarlo) con sus 30.000 habitantes, es el punto de partida para visitar los montes Tatras (con tiempo) y disfrutar de las impresionantes vistas desde el punto más alto: Kasprowy Wierch, justo donde se sitúa la frontera con Eslovaquia. Te vas encontrando por todo el camino unos bloques de cemento con la letra P al lado izquierdo y la S al lado de derecho.
Todo empieza en Kuźnice, es la zona habilitada para el teleférico para empezar las diferentes rutas. Está un poco alejado del centro de la ciudad, pero hay autobuses y taxis compartidos todo el tiempo hasta este punto.
La mejor opción es empezar la caminata (¡con ganas y mentalmente preparados!) que no espera de 3 horas hasta Kasprowy. Vas pasando por valles y zonas que te recuerdan a esa serie de dibujos animados (sí) con sus cabras, su casa de madera y abuelo incluido. Ahí están todos. Y después empieza la cuesta arriba por el camino de piedras hasta llegar arriba y poder disfrutar de la impresionante y merecida vista. Pero todavía queda algo más de media hora para llegar al teleférico, que es la salvación para bajar y volver a disfrutar, esta vez sentados, de las vistas durante el trayecto (escala incluida) de unos 15 minutos. Justo donde se sitúa el teleférico están también las sillas de esquí para poder aprovechar la pista en época de nieve.
Hay rutas mucho más cortas, e incluso puedes subir en teleférico y bajar caminando. O si no te gustan las alturas, al otro lado de la ciudad, hay otra pequeña montaña que funciona más como un centro de entretenimiento, con tobogán incluido!
Pero a parte de las montañas, el encanto de la ciudad y del centro de Zakopane en sí merece una visita aunque solo sea para recorrer su única calle principal llena de puestos de souvenirs, de restaurantes y casas de madera.
Carnes hechas a la parrilla en el acto acompañadas con quesos, como ya comentábamos, decorados con guirnaldas: el famoso y ahumado oscypek de Zakopane.
Son cinco las veces que he estado (aunque a Kasprowy solo subí una y suficiente), pero he hecho varias de las rutas cortas aunque lo que siempre he disfrutado más es el hecho de recorrer esa calle llena de gente y sentarse en una cafetería bien calentito y con buena compañía!
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