El Rincón de Dany: Wroclaw, en busca de los enanitos

Y seguimos, después de los atracones navideños, recorriendo algún rincón polaco… Ahora vamos al sureste de Polonia, a Wrocław. Una ciudad de pronunciación traicionera para nosotros españoles y que, según me han contado algunos turistas, han tenido que recurrir a papel y bolígrafo en plena taquilla a la hora de comprar los billetes: pronunciado brótsuav  y no, como todos diríamos, Broclau. Aunque su nombre en castellano está traducido como Breslavia.

No llega a ser una de las ciudades más famosas de Polonia aunque después de julio se ha dado a conocer, ya que fue una de las sedes de la Eurocopa 2012 de Polonia y Ucrania. Además de que también será ciudad europea de la cultura.

Yo solamente estuve casi de paso y por unas horas, pero creo que es suficiente para hacerte una idea y para conocer algo de la ciudad.

Como muchas de las ciudades polacas, una vez que ves la mítica plaza central, a menos que haya algún castillo o muralla, lo único que te queda es callejear y perderte porque en todas las ciudades de Polonia, todos los caminos llevan a Rynek (la plaza principal).

Y precisamente en esta ciudad, aquí en Breslavia, callejear se adquiere un significado más divertido, entretenido e incluso adictivo debido a los famosos enanitos de Wrocław!!!

Al contrario que pasaba en Cracovia, que no es apta para solitarios, como aquí vayas con gente puede que sea un impedimento (por incompatibilidad de gustos – yo, adicto a las miniaturas) el llegar a ver y conocer los más de 200 enanitos que se reparten por todos los rincones de la ciudad, en todas las posturas y realizando desde las más cotidianas acciones como sacar dinero del cajero o hasta las más curiosas como rodar una piedra gigante, que se ha convertido en el símbolo de la ciudad.

La historia detrás de estos pequeños gnomos es difusa aunque solamente tienen alrededor de 30 años. Unos dicen que fue para darle un toque más ‘mágico’ a esta ciudad que sí que tiene un toque medieval. Y otros, quizás los más cercanos a la verdadera razón, que tienen un significado reivindicativo hacia el gobierno comunista de los años 80.

Aunque están repartidos por toooooda la ciudad y se necesitan muuuchas horas y largas caminatas para llegar a ver los 200 (en las oficinas de turismo ofrecen mapas con la localización exacta y nombre de cada uno), lo mejor es ir hasta allí, conocer la ciudad,  disfrutar de sus calles, intentar ver el máximo posible de enanitos y decidir por sí mismo qué versión del origen es la que mejor encaja a estos pequeños y graciosos gnomos de Breslavia.