Qué ver y hacer en la Isla de Odaiba

10/09/2015

En un post anterior os contamos cómo llegar a la isla de Odaiba y cómo llegamos nosotros.

Después de sentirnos como “Piratas del Caribe” en el espacio, nada más bajarnos del barco no podíamos ni parpadear de todas las cosas que veíamos a nuestro alrededor.

Las vistas desde la isla de Japón son impresionantes. Su puente Rainbow es uno de los más bonitos que hemos visto nunca y mira que todavía nos faltaba verlo de noche.

Nada más llegar nos topamos con el edificio de Fuji Tv. Destaca entre todos los edificios por su gigantesca bola esférica. Para todos los amantes de Dragon Ball este es su paraíso sin ninguna duda. Podremos entrar a varias partes de esta construcción de forma gratuita. Estad bien atentos porque os intentarán vender todo lo imaginable de esta mítica serie.  El mirador es increíble y os dará una visión única de Tokyo. Aquí os tocará pagar unos 600 yenes. Tened en cuenta que si vais entre semana cierra a las 18h y a las 22h los fines de semana.

 

Todos los asiáticos en general, no solo los chinos, les encanta copiar todo lo que les gusta y mejorarlo de alguna manera. Los japoneses no van a ser menos y tienen una réplica de la estatua de la libertad de Nueva York. Nos hizo mucha ilusión porque esta sería la tercera que vemos después de la original de la Gran Manzana y la estatua que se encuentra en la rivera del Sena en París. Aquí la libertaria estatua de Tokyo preside la bahía y custodia el Rainbow Bridge.

Si camináis por la isla de Odaiba podréis encontrar un montón de sitios interesantes como centros comerciales originales, enormes salas de recreativos, museos de lo más peculiares y un Onsen gigantesco. Todo esto lo podremos ver en esta isla, pero de camino a ellos nos topamos con un hotel de lo más curioso y lujoso. 

Las vistas eran únicas ya que la bahía se abría ante nosotros. Lo que más nos llamó la atención fue un lugar dedicado exclusivamente a realizar enlaces. Nos colamos como el que no quiere la cosa y nos los pasamos pipa pensando cómo podría ser una boda en este recinto.

No importaba la religión que profesaras, y nos dimos cuenta que cambiando algún que otro símbolo servía perfectamente para todo el mundo.

Como ya llevábamos un largo día de turisteo por Tokyo y teníamos algo de frío entramos en un centro comercial conocido como Diver city Tokyo plaza. Está detrás del edificio de Fuji TV y es muy sencillo llegar. La entrada era espectacular. Estaba decorada con una especie de Mazinger Z enorme, todo el mundo se hacía fotos con él. Nosotros no somos mucho de manga por lo que no nos sonaba nada. Hay que reconocer que la escultura era increíble y parecía que se iba a echar a andar en cualquier momento. Al final a base de preguntar a gente nos dijeron que se llamaba Gundam y que era muy conocido en Japón.

Dentro de este centro comercial entramos en un pequeño supermercado ya que el gusanillo del estómago ya estaba haciendo presencia  y compramos algunas viandas.

Teníamos bastantes dudas de que nos gustara pero queríamos arriesgar. Pillamos una bebida que parecía una especie de zumo de uvas, en su interior se veían como los pipos flotaban de una manera curiosa, unas patitas de minipulpos que no sabíamos si teníamos que cocinar o no y para tener algo que nos gustara seguro nos pillamos un zumo de fresa. En resumen, nos pusimos como el Kiko y todo estaba buenísimo. Arriesgad al comer cuando vayáis a Japón, el 99% de las cosas son deliciosas.

Una vez que terminamos de picar alguna cosilla seguimos descubriendo la isla de Odaiba y llegamos a Palette Town. Aquí encontraremos diferentes edificios como el Zepp Tokyo que es un lugar donde se realizan conciertos de grupos nacionales e internacionales. 

Nada más entrar llegamos a una exposición de coches de todas las épocas. Nos dejó alucinados como lo tenían todo organizado y la decoración de la exposición que era todo muy americano.

Tenemos que reconocer que la exposición era impresionante, pero lo que nos enamoró realmente fue el mejor coche de la historia y protagonista absoluto de la película de “Regreso al futuro” el De Lorean.

Continuamos nuestro camino y seguimos alucinando con el Venus Fort. Un lugar que recrea con todo detalle una villa italiana del renacimiento

Todo estaba decorado de una manera exquisita y hasta el techo estaba iluminado para recrear el cielo de la Toscana. Lo mejor de todo es que este cielo iba cambiando de color según pasaban las horas. Alucinante.

Como queriamos probar cosas originales nos animamos a montarnos en la noria de Daikanransha inaugurada en 1999 y gracias a sus 115 metros de altura nos proporcionó unas vistas nocturnas de la ciudad que os aseguro que jamás se nos olvidará. Sus cabinas son de cristal y el recorrido dura aproximadamente 15 minutos.

Muy cerca de esta noria se encuentra uno de los lugares que más nos impacto de Tokyo, el “Leisure land”. Es un lugar lleno de atracciones de todo tipo. Videojuegos, bolos, maquinas tragamonedas, karaokes… De todo y cuando digo de todo es de todo. Intentamos recorrerlo entero pero nos resultó imposible. Para desfogarnos intentamos competir contra un luchador de sumo.

Después de perder luchando contra un profesional nos dedicamos a pescar. Alucinados nos quedamos pero no pico ningún pez. Pensabamos tener una buena cena realizada a base de pescado fresco pero al final no pudo ser.

Como no pescamos nada y no pudimos hacernos ni un misero shushi optamos por algo más socorrido que es ir a un restaurante. Aquí descubrimos otra de las cosas que nos enamoró de Japón. Sus Okonomiyakes que es un plato delicioso. Os podriamos resumir que este plato es como la pizza japonesa. Ellos se dedican a poner todo lo que tienen en una sola base y a comer se ha dicho. Simplemente delicioso.

Ya se iba haciendo tarde y decidimos volver al hotel y lo hicimos con un broche de oro utilizando el Tokyo Monorail. Una línea que va elevada y está totalmente automatizada. Durante el viaje pasaréis entre grandes edificios de negocios, edificios de viviendas y si tenéis suerte veréis pasar al Shinkansen. Parecía que estábamos inmersos en la película de Blade Runner en algunos momentos y en otros parecía que conducíamos un avión por la ciudad en nuestra playstation. Cuando os subáis a este tren intentad poneros en la parte de delante, es difícil pero intentarlo ya que la visión es única.  El último tramo consiste en cruzar el famoso Rainbow Bridge, alucinante.

Y ya para cerrar este post de esta curiosa isla contaros que aquí se grababan los capítulos del famoso programa de los 90 “Humor amarillo”. Que grandes momentos pasé con esos locos concursantes y sus pruebas descabelladas. Como no pudimos hacer fotos de este mítico programa, os dejamos una escultura curiosa que os dará mucha suerte y recordad que el ocho para ellos es un número mágico.

Comentarios:

22/02/2016 03:51

Ale

Hola, hay otra réplica de la estatua de la Libertad en la plaza de Barrancas de Belgrano, en Buenos Aires, Argentina. 
Así que cuando vayan para Argentina, ya tienen un lugar para visitar.
22/02/2016 5:11
José Ángel KrrteAndo
Hola Ale. No me digas! Tomo nota y claro que en cuento viajeamos Argentina la visitamos. Un saludo

 

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