Qué hacer en Amiens

05/11/2015

Es conocida popularmente como la Venecia del norte. Los canales que atraviesan la ciudad hacen de esta ciudad francesa un lugar casi mágico e imprescindible si uno quiere conocer Francia.

Lo primero que vimos cuando llegamos a Amiens fue el barrio de Saint-Leu. Un curioso barrio con casas pintadas de diferentes y chillones colores que nos atrapó desde que llegamos a él.

Os recomendamos callejear por sus calles y abrir bien los ojos para no perderos nada. Si estáis cansados de turistear  y tenéis ganas de descansar y relajaros por un momento este barrio es el ideal para hacer un alto en el camino. Encontrareis un montón de bares, restaurantes y pubs con agradables terrazas para comer o tomaros un café mientras disfrutáis de estas maravillosas vistas.

Hay infinidad de canales pero no tantos como tiendas de artesanos, antigüedades o recuerdos. También hay una zona muy animada llena de jóvenes universitarios que pasan ratos de ocio pescando en las aguas de los canales muy cerca de la universidad de Julio Verne.

Muy cerca de este barrio repleto de canales tenemos un lugar muy curioso. Jamás habíamos visto nada parecido y fue de las cosas que más nos gustaron de la ciudad. Les Hortillonnages o más conocido por todo el mundo como jardines flotantes

Toda esta área tiene una extensión inmensa ya que cubre más de 300 hectáreas con pequeñas islas donde se cultivan diferentes productos de la huerta o simplemente curiosas flores que adornan este curioso lugar.

Como queríamos conocer toda esta zona nada mejor que subirse en uno de sus barcos que nos hacen un recorrido por los mejores sitios de los 65 kilómetros que tiene de canales. 

Estos barcos se les conocen con el nombre de “barques a cornet” ya que su extremo está empinado para que no dañen los huertos al desembarcar. Si no os gusta montaros en barco también se puede visitar estos huertos paseando pero no es lo mismo la verdad.  Los precios son bastante asequibles y merece pagar para vivir esta experiencia.

Toda esta zona en un primer momento estaba llena de pantanos que se utilizaron para extraer carbón vegetal. Una vez que acabaron con este recurso se dedicaron a plantar todo tipo de alimentos de todas las épocas del año.  

Los hortelanos de este lugar ponen a la venta lo que cultivan en la plaza Parmentier. Pero también tienen sus momentos lúdicos que los aprovechan para pescar en esos mismos canales que le surten de agua para sus productos. En Junio estos agricultores se suben en sus barcos y se visten con los trajes tradicionales.

Podríamos decir que fue lo mejor de toda la ciudad de Amiens, y sobre todo, fue lo más curioso de todo nuestro viaje por esta ciudad medieval.

Después de tanta naturaleza quisimos apostar por la cultura y decidimos ir al Museo de Picardie. Todo un referente de la ciudad y un lugar con una gran cantidad de obras de arte. Está en la calle la República 48 y se abre todos los días salvo los lunes y los domingos por la mañana.

Es como un pequeño Louvre en la zona norte de Francia. Napoleón III fue el impulsor de este espectacular museo. Se construyó entre 1855 y 1867. Sus jardines son de los mejores que hemos visto nunca y se fusionan con una fantástica arquitectura a la perfección.

Uno de los objetos más curiosos que vimos en este museo fue la piedra central que estaba colocada en el centro de la Catedral. Esta piedra está colocada justo en el centro del laberinto y nos cuenta los tres arquitectos y el obispo que dieron comienzo a la construcción de esta catedral y la señalización de los puntos cardinales. Actualmente está una reproducción y se guarda la original en estas instalaciones. 

Hay varias salas, como por ejemplo, la dedicada a obras escultóricas y objetos religiosos que da paso a una sala modernista que contrasta sobremanera con toda la colección.

Tiene colecciones arqueológicas que nos cuentan el origen de la ciudad de Amiens y las diferentes épocas que se han vivido en ella. Otra colección es la de esculturas realizadas en el siglo XIX. 

Nos maravilló las diferentes exposiciones, tanto las permanentes como las temporales, pero nos gustó más aún la forma de exponerlas, la delicadeza con la que utilizan la luz para realzar cada pieza y la calidad de las obras.  

Muy cerca del Museo de Picardía está la casa donde vivió Julio Verne con su mujer. Nació en Nantes pero vivió durante mucho tiempo en Amiens cuando se casó con su mujer en 1857. Es una casa que merece ser conocida por todo lo que representa.

Se instaló en esta ciudad en 1871 con 43 años. En esta casa escribió sus libros más conocidos y que hizo que se volviera famoso  nivel mundial. Julio Verne se implicó tanto en la vida social de la ciudad de Amiens que inaugura en 1889 el circo que lleva el nombre del autor de “20.000 legua de viaje submarino” y “La vuelta al mundo en ochenta días”.

Muchos estaréis pensando que nos hemos olvidado de visitar la Catedral, pero no es así, eso lo dejamos para la siguiente entrega, donde os contaremos las increíbles maravillas de ese templo.

¿Has visitado Amiens? ¿Qué fue lo que más te gustó? Déjanos un comentario. 

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