Hiroshima: La ciudad con el pasado más trágico de Japón

20/08/2015

Preparar un viaje de veinte días a  Japón  requiere bastante tiempo de planificación. Hay que pensar qué hoteles reservar, qué aviones contratar, pero sobre todo, qué lugares de un país tan grande y con tantas cosas interesantes vamos a querer ver.

Teníamos dudas sobre ir a ver la ciudad de Hiroshima, y hasta el último momento no nos decidimos, ya que considerábamos que su visita tenía un componente morboso que no nos acababa de convencer. Después de reflexionar varios días, nos dimos cuenta que queríamos vivir en primera persona la historia, no una historia pasada hace siglos, sino una historia actual, que ha marcado a fuego el presente que estamos viviendo.

Nosotros estábamos en Osaka y nos resultó bastante sencillo llegar a esta ciudad gracias a la Japan Rail Pass. Simplemente montándonos en la línea JR Sanyo llegamos sin problemas. En menos de 80 minutos, alcanzamos nuestro destino montados cómodamente en el shinkasen, todo un lujazo.

La ciudad ayuda a los visitantes a llegar a los lugares de mayor interés, facilitan en todo momento que su triste historia sea conocida por todo el mundo. No es una ciudad gigante como Tokyo, pero su millón de habitantes y sus dimensiones hacen que cualquier ayuda para moverse por la ciudad para llegar a los sitios elegidos se agradezca bastante.

El primer sitio que queríamos visitar era la isla donde se encuentran el parque de la paz. Un lugar donde el recuerdo del pasado se hace presente en todos sus rincones. 

Este parque fue construido para recordar lo que sucedió el 6 de agosto de 1945. El epicentro del trágico lanzamiento de la bomba de Hiroshima sobre esta ciudad se encuentra a muy poca distancia de esta isla, y desde este mismo lugar se quiere promover la paz mundial.

El primer sitio donde fuimos fue al Museo de la Paz, un lugar difícil de olvidar. Aquí nos cuentan los efectos que se produjeron una vez se hubo lanzado la primera bomba atómica de la historia sobre la población. Aquí podremos ver testimonios de supervivientes, fotografías y mapas de los sitios más afectados. La entrada tiene un coste simbólico de 50 yenes (unos 50 céntimos). 

Hay muchos objetos como botellas de cristal derretidas por el calor producido por la bomba, ropa carbonizada, tenedores retorcidos por la temperatura, pero el que más nos impactó fue este reloj y la hora en la que se paró.

Enola Gay era el nombre que tenía el avión que lanzó a las 8:15h de la mañana la primera bomba atómica en Hiroshima. La orden del lanzamiento fue desde Estados Unidos. Estalló a 600 metros sobre la ciudad, pero aun así sus consecuencias fueron desastrosas. Murieron unas 80.000 personas en el acto, y pasado el tiempo más de 100.000 personas fallecieron debido a las heridas sufridas o por los efectos de la radiación. Después de la bomba, los niveles de enfermedades cancerígenas se multiplicaron exponencialmente y en la actualidad el cáncer de tiroides está por encima de la media de todo el pais.

Esta reproducción de la isla es una descripción de cómo quedó arrasada totalmente la isla entre el río Honkawa y el Motoyasu.   

El museo nos impresionó mucho, pero la historia del Monumento Infantil de la Paz nos dejó helados. En la parte de arriba de la construcción hay una pequeña con los brazos extendidos y una grulla en la parte de arriba que simboliza la felicidad y la longevidad. La historia real cuenta que una niña víctima de la bomba sufrió una grave dolencia. Ella creía que si hacía 1000 grullas de papel se curaría de su terrible enfermedad. No fue así, pero la historia se hizo famosa y muy conocida por todo Japón. En su alrededor hay miles de grullas realizadas en papel de diferentes colegios, niños y todas las personas que  quieren que esta historia jamás se olvide. Aquí podremos tocar una campana que se encuentran en el interior del memorial para recordar a esta pequeña luchadora.

El cenotafio se construyó para recodar a las víctimas de la guerra. Todos los nombres de las personas que murieron están grabados en este monumento. “Descansen en paz. Jamás volveremos a cometer el mismo error” este lema está escrito para que nadie lo olvide.

Muy cerca está la llama de la paz que se construyó para tenerla siempre encendida hasta el momento en el que se eliminen todas las armas atómicas del mundo.

Fuera del parque de la paz se encuentra el Gembaku Domu. Es todo lo que queda de la antigua ciudad arrasada. Es un recuerdo de lo que sucedió y que jamás debe de repetirse. Los ocupantes de este edificio murieron al instante mientras trabajaban en lo que era el pabellón de Fomento de la Industria. Este edificio se encuentra a muy poca distancia de la zona cero. Su simbología ha sido clave para que la Unesco lo haya designado como patrimonio de la humanidad

Además del parque de la paz podremos visitar el castillo de Hiroshima que fue totalmente destruido por la bomba. Se reconstruyó en 1958 como muestra de que una ciudad y un país pueden levantarse y seguir andando.  

A modo de curiosidad contaros que en la gran mayoría de ciudades, monumentos y templos podremos llevarnos un sello de recuerdo. Nosotros nos compramos una libreta y la trajimos llena de sellos de todos los sitios donde estuvimos.

A la isla del parque de la paz se puede llegar andando desde la estación del Shinkansen. De este modo nos daremos cuenta de que es una ciudad moderna que no ha dado la espalda a su pasado pero si lo ha superado mirando a un futuro prometedor. Si no se quiere andar, hay varios autobuses que nos llevarán hasta el parque de la paz. Te recomendamos utilizar su tranvía ya que es rápido y bastante eficiente.

Mantienen la tradición del país, y su religión es patente por todos los rincones de la ciudad.

Una vez estalló la bomba se procedió a la reconstrucción de la ciudad. Se evitó las calles sinuosas y estrechas para crear calles anchas y rectilíneas. Los habitantes de esta ciudad quieren mantener sus tradiciones pero también desean experimentar los lujos de vivir al estilo occidental.

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