12.07.2013 08:00
Hoy nos trasladamos a una de las ciudades más peculiares de toda España: Mérida, capital de Extremadura. Mérida es toda una muestra palpable del paso de los romanos y de todo su poder por la península Ibérica.
En esta ocasión elegimos el excelente hotel Mérida Palace, un lujo de alojamiento con una calidad-precio envidiable. Se encuentra en la Plaza de España, un lugar idóneo para poder turistear luego por sus templos romanos, por su acueducto, por su puente de piedra y, por supuesto, por su Teatro Romano ya que todos ellos están a poca distancia de este flamante hotel.
El hotel está construido uniendo dos antiguos palacios señoriales de los siglos XVI y XIX. Hay dos patíos interiores que proporcionan una luz que ilumina todo el hotel y crea una sensación de gran calidez en todo su conjunto. Gracias a todo esto uno se da cuenta de que este hotel es un cinco estrellas de los de verdad y que cuidan escrupulosamente todos los detalles.
Las habitaciones son amplias y espaciosas y toda la decoración es exquisita mires donde mires. Destacaría sobre todo, el afán de recuperar el ambiente romano que se vive en toda la ciudad consiguiéndolo gracias a la mezcla que realizan entre lo moderno y lo antiguo en todas sus estancias.
Una de las cosas que más me fijo de todos los hoteles a los que voy es su baño. Si tuviera que ponerle alguna nota sería sin duda alguna sobresaliente. Sus mármoles, sus elementos decorativos romanos, su cuidada iluminación y la distribución de la bañera, el lavabo y el escusado hacen que no quieras salir del aseo en tu vida. Uno de los mejores lugares para relajarse después de un día largo de turisteo.
Agradecí de corazón que el hotel tuviera una piscina en su azotea que aún siendo pequeña es muy coqueta. Después de patear por toda la ciudad y descubrir que gracias a los romanos somos lo que somos, un baño en esta piscina, con posterior esparcimiento en su tumbona, fue de lo mejor del día.
Otro punto a tener en cuenta son los grandes ventanales de la habitación que proporcionan una gran luz y unas vistas de todo el centro de Mérida y centro a su vez de toda la vida de la ciudad.
Y por último a destacar su restaurante que cuenta con una maravillosa carta y un ambiente excelente para no olvidar que el Imperio Romano estuvo allí y que en el fondo nunca se ha ido.
By Alfonso M.
